martes, 15 de marzo de 2011

MATTA: 100 años de un genio

Tras la vivencia póstuma de Roberto Matta, me es inevitable pensar cuando tuve la oportunidad de conocer su obra a cabalidad después de recorrer prácticamente durante más de un año por Europa a comienzos de la década de los ochenta. Me pareció sorprendente descubrir que las colecciones más prominentes de museos de arte moderno a lo largo y ancho del viejo continente, estaba fuertemente presente su obra junto con el hecho que poco o nada se hacía referencia de su país natal, Chile. En resumidas cuentas, para el ojo del extranjero o turista transeúnte, ¡Matta era un artista Español, Italiano incluso Francés!

En la misma relación, cuando reflexionamos un poco sobre la presencia de Matta en Chile, esto entendiéndolo en su debida escala y proporción, es decir, un artista cuya propuesta se plantea desde la monumentalidad del espacio arquitectónico; haciéndolo quizás uno de los artistas más idóneos para emplazamientos públicos. Frente lo anterior, debo admitir que lo que más permanece en la retina es en primer lugar su obra “Espejo de Cronos” instalado por Ricardo Lagos en el Salón Azul del Palacio de la Moneda, cuyos cerúleos, azules talo y ultramar actúan como telón de fondo de un sin número de visitas connotadas que pone en realce nuestra “modernidad” frente el mundo mediático internacional. En segundo lugar viene a mi mente el mural “Vivir enfrentando las Flechas” emplazado en la Universidad de Santiago cuya formalización en materia de fundación cultural y conformación de una pinacoteca en torno a la obra mural, tomó más de 40 años. Contemporáneo y altamente contrastado al épico mural de Jorge González Camarena, “Presencia de América Latina” que implicó la antesala o proscenio de una de las colecciones más significativas de arte chileno como lo ha sido por más de 40 años, la pinacoteca de la Universidad de Concepción. En tercer lugar, pienso en el Museo de Artes Visuales cuya entrada se reitera con un fondo azul que para el transeúnte habitual pasa por inadvertido de algo que podría ser asociado a una visión poética de nuestro pasado precolombino. Con un reconocimiento mayor y de semejante factura, podemos pensar por último en el errante mural “Verbo América” que termina siendo emplazado finalmente después de una desaventurada situación en el aeropuerto Pudahuel, en la Estación Quinta Normal donado por el mismo artista 12 años antes.

Frente lo expuesto, pienso que es meritorio en dar cuenta sobre el verdadero significado del maestro cuya presencia en su país natal es más bien escuálida y poco representativa. En este sentido debemos necesariamente discernir entre lo que implica una conmemoración explícita y una implícita, siendo la última a mi juicio de mayor trascendencia. En el contexto de lo anterior, me atrevería decir que hay aquellos artistas chilenos que dan tributo a semejante legado y que me hace pensar una vez más, ¿vamos a cometer el mismo pecado por omisión como lo hicimos con Matta? Por ejemplo, un artista de la talla de Jorge Tacla quien aparte de un par de murales erróneamente comisionados en Santiago, su obra monumental brilla por su ausencia. Si yo tuviera que conmemorar a quien estamos conmemorando, empezaría por proyectar una obra de carácter monumental como el del citado y destacado artista nacional. Desde luego, evitaría a toda costa que fuese emplazado en el Metro, donde con el debido respeto, no corresponde una obra mural de semejante factura ya que requiere de un espacio más bien de reflexión y no un espacio de tránsito; donde su aspecto funcional se sobrepone a todo tipo de manifestación artística más profunda y homóloga al discurso de Matta.

Conmemorar un artista es dar continuidad a su vitalidad e ingenio. Emular puerilmente su obra es propio de una sala de clases de carácter pedagógico así como lo ha estado implementado el MAVI con sus talleres de verano. Estamos frente una ventana de salir adelante como país en varios planos. En este sentido, si grandes artistas como Matta lo hicieron en el extranjero, es hora de pensar que podemos hacer en Chile sin perder de perspectiva la potencia y trascendencia de legado semejante.